En este artículo te hablamos de la dieta para la insuficiencia cardiaca, parafraseando a Hipócrates: “Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina.”
Insuficiencia Cardiaca
La insuficiencia cardiaca es una enfermedad crónica, consiste en que el corazón tiene menos capacidad de la que debiera para bombear sangre y con cierta frecuencia se producen edemas.
Esta enfermedad puede afectar a personas de todas las edades pero es mucho más frecuente que afecte a personas de una edad avanzada.
Haciendo un cambio de estilo de vida, realizando actividad deportiva moderada (acorde con nuestro estado), evitar el consumo de tabaco y alcohol, controlar nuestro peso y haciendo algunos cambios en la dieta para la insuficiencia cardiaca, en nuestro hábitos alimentarios, se puede conseguir una mejora significativa de esta dolencia.
Tratamiento dietético.
El tratamiento dietético en la insuficiencia cardiaca tiene como objetivos:
Reducción de sal.
La hipertensión arterial y la retención de líquidos pueden empeorar el estado de salud en la insuficiencia cardiaca. Un método sencillo para tratar este problema es el control del consumo de sal en las comidas.
Los alimentos contienen sal de forma natural, pero no todos tienen las mismas cantidades. Los alimentos preparados, platos precocinados, alimentos conservados en salazón, adobos, salmueras y curados, contienen una cantidad de sal mucho mayor que las hortalizas, cereales o frutas. Debemos intentar moderar el consumo de estos alimentos preparados.
La reducción de la sal en las comidas no tiene porque ir acompañada de una pérdida de sabor, puedes aportar a tus platos, zumos de frutas, especias y vinagres que enriquecerán tu paladar.
Si consumes agua mineral comprueba que esta sea de mineralización muy débil. Aconsejamos que la cantidad de sodio sea menor de 5 mg por litro.
Reducción de la grasa
Una dieta saludable es imprescindible para mantener una buena salud cardiovascular.
Las grasa hidrogenadas o “trans”, grasas saturadas y el colesterol, disminuyen el flujo de sangre al favorecer la adherencia de estas a las paredes de los vasos sanguíneos.
Alimentos como la margarina, alimentos preparados, la manteca, mantequilla, lácteos enteros, aperitivos y embutidos contienen altas cantidades de estas grasas poco saludables.
En la medida de lo posible, es recomendable sustituir estas grasas por aceite de oliva virgen extra. En el caso de los embutidos, cuyo consumo debe ser esporádico, los embutidos ibéricos presentan una mejor calidad de grasas que sus versiones más económicas.
Recuerda cocinar con métodos bajos en grasa como cocción al vapor, plancha, horno o brasa.
Reducción del volumen de las comidas.
La alimentación es fundamental para mantener un adecuado estado de salud. Reducir el tamaño de las porciones y aumentar el número de comidas al día es una estrategia muy útil para asegurar una buena cantidad de nutrientes cuando no hay hambre.
Reducción de peso.
El mantenimiento de un peso adecuado ayuda a mantener la salud cardiovascular. Si existe un exceso de peso, el trabajo cardiaco aumenta. Por ello, con insuficiencia cardiaca, es importante mantener un peso saludable.
Como siempre, te recomendamos que tengas actividad física frecuente, que optes por tomar productos de temporada y te recomendamos, que tomes suplementos nutricionales siempre que sean 100% naturales, sin conservantes químicos, sin azúcares o edulcorantes añadidos, como es el caso de ImmunologyPlus Antiox+. Todos sus ingredientes, (extractos con óptimas concentraciones de Graviola, Astrágalo, Reishi, Cúrcuma y Ajo) ayudan a tu salud cardiovascular y a tu sistema circulatorio.
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